sábado, 6 de enero de 2018

Sermon de los Reyes Magos

Hoy es el dia de los niños, cuya felicidad es lo que mas nos preocupa, ser buenos padres es buscar darles todas las herramientas para que puedan crecer como adultos sanos, responsables y centrados, pero sin descuidar el que disfruten su infancia, sus juegos, la edad de la inocencia.

Pero hay veces que equivocamos el camino, y con buenas intenciones los echamos a perder, cuidarlos y quererlos no significa sobreprotegerlos o sobreconsentirlos, darles regalos sin motivo los acostumbra a lo facil, a que no tienen que hacer nada para disfrutar de la vida, y esa es una enseñanza  muy peligrosa, los hace haraganes, insensibles, y malos hijos, todo regalo debe de ser medido en cuanto a la formacion de su personalidad, juguetes que les enseñen a hacer cosas, que entiendan que diversion y educacion son lo mismo, el amor al trabajo se ve cuando al niño que le regalaron un serrucho de plastico, imita lo que ve que hace su padre, el amor al trabajo se aprende con el ejemplo de los adultos, y con la admiracion que los padres despierten en sus propios hijos.

Una educacion balanceada implica a veces exigirles que cumplan sus obligaciones, enseñarlos a que asuman sus responsabilidades, cosas sencillas que con el tiempo los haran buenas personas, que los alejaran del amor a lo facil que casi siempre termina en el amor a los vicios. Asi el que tiendan su cama o el que laven los trastes les da un sentido de responsabilidad, en cambio darles regalos caras simplemente porque los piden, les enseña que no hay que esforzarse en la vida, y de ahi a destruir su vida solo hay un paso, y no digo que no hay que hacer regalos caros, sino que cuando se hacen, se le debe de dar a entender al niño que se los gano, por medio de su esfuerzo, que si saco un 10 en la escuela tiene derecho a gozar de su esfuerzo, y que si no se esfuerza, no hay premios.

Un regalo es una forma de premiar su buena conducta, no solo una forma de consentirlos, o peor aun, una forma de descargar la culpa de un padre o madre ausente, y debemos de privilegiar los juegos educativos, pero no me refiero solo a los instruccionales, sino a los que puedan formar el caracter del niño, por ejemplo, si nuestro hijo es escepcionalmente creativo, unas barras de plastilina le divertiran y lo formaran mas que un GI Joe, cada padre sabe cuales son las cualidades de su hijo, y es buena idea fomentarlas por medio del juego y no solo rendirse ante el bombardeo de comerciales o la presion social, el juguete no es para que el niño presuma, sino para que se divierta.

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